Por qué es importante la cadencia en la carrera

La cadencia al correr es uno de los aspectos más importantes a considerar para mejorar el rendimiento deportivo. La cadencia se refiere a la cantidad de pasos que damos por minuto mientras corremos y puede tener un impacto significativo en la eficiencia y la prevención de lesiones. Aunque ha habido debates sobre cuál es la cadencia ideal, es importante entender que varía según el individuo y se ve influenciada por diversos factores.

¿Cómo influye la cadencia en el rendimiento deportivo?

La cadencia al correr tiene un impacto directo en el rendimiento deportivo. Una cadencia más rápida puede mejorar la eficiencia y la economía de carrera, lo que significa que podemos correr más rápido con menos esfuerzo. Esto se debe a que una mayor cadencia nos permite utilizar mejor la energía almacenada en nuestras piernas y movernos con mayor fluidez.

Cuando corremos con una cadencia más rápida, nuestros pasos son más cortos y nuestros pies pasan menos tiempo en contacto con el suelo. Esto reduce la fuerza de frenado y permite un impulso más rápido hacia adelante. Además, una mayor cadencia reduce la cantidad de impacto que cada paso tiene en nuestras articulaciones, lo que ayuda a prevenir lesiones a largo plazo.

En contraste, una cadencia lenta puede ser menos eficiente y dificultar el mantenimiento de un ritmo constante durante una carrera. Los corredores con una cadencia lenta pueden sentir que están «arrastrando los pies» y pueden agotarse más rápidamente. Por lo tanto, mejorar la cadencia puede ser una estrategia efectiva para mejorar el rendimiento en carreras de cualquier distancia.

Factores que afectan la cadencia en la carrera

La cadencia al correr puede verse influenciada por varios factores, y es importante tener en cuenta que no hay una cadencia «ideal» que aplique a todos los corredores. Algunos de los factores que pueden afectar la cadencia incluyen:

1. Ritmo de carrera: A medida que aumentamos nuestra velocidad de carrera, es probable que nuestra cadencia también se acelere. Esto se debe a que nuestros músculos necesitan moverse más rápido para mantener un ritmo más rápido.

2. Fisiología del corredor: La biomecánica y la estructura corporal de cada individuo pueden tener un impacto en su cadencia. Algunas personas pueden tener una cadencia naturalmente más rápida debido a su fisiología, mientras que otras pueden tener una cadencia más lenta.

3. Altura del corredor: Estudios han demostrado que la altura de un corredor puede influir en su cadencia. Los corredores más altos tienden a tener una cadencia más lenta, mientras que los corredores más cortos tienden a tener una cadencia más rápida.

4. Técnica de carrera: La técnica de carrera juega un papel importante en la cadencia. Una buena técnica de carrera implica una zancada más corta y una mayor frecuencia de pasos. Si nuestra técnica es deficiente, es posible que estemos subutilizando nuestra cadencia y afectando nuestra eficiencia al correr.

5. Lesiones y debilidades musculares: Las lesiones y debilidades musculares pueden afectar nuestra cadencia al correr. Por ejemplo, una debilidad en los músculos de la cadera puede hacer que nuestra pierna se mueva de manera menos eficiente, lo que afecta nuestra cadencia. Por lo tanto, es importante abordar cualquier debilidad o desequilibrio muscular para mantener una buena cadencia al correr.

Cómo mejorar la cadencia y su importancia en la prevención de lesiones

Mejorar la cadencia al correr no solo puede beneficiar nuestro rendimiento deportivo, sino también ayudarnos a prevenir lesiones. Una cadencia más rápida reduce la carga en nuestras articulaciones y reduce la fuerza de impacto con el suelo, lo que puede ser beneficioso para prevenir lesiones por sobreuso.

Entonces, ¿cómo podemos mejorar nuestra cadencia al correr? Aquí hay algunas estrategias que pueden ser útiles:

1. Establecer una cadencia objetivo: En lugar de preocuparse por alcanzar una cadencia «ideal», es útil establecer una cadencia objetivo para diferentes ritmos de entrenamiento. Por ejemplo, podríamos apuntar a una cadencia de 170 pasos por minuto para carreras de recuperación y una cadencia de 180 pasos por minuto para carreras a ritmo o intervalos. Establecer objetivos específicos puede ayudarnos a mejorar nuestra cadencia de manera más efectiva.

2. Realizar ejercicios específicos: Realizar ejercicios específicos puede ayudarnos a mejorar nuestra cadencia al correr. Algunos ejercicios que pueden ser beneficiosos incluyen sprints en descenso, trabajo de pies rápidos y skipping. Estos ejercicios nos ayudan a acostumbrarnos a mover las piernas más rápido y mejorar nuestra técnica de carrera.

3. Grabar y analizar nuestra técnica de carrera: Grabar nuestra técnica de carrera y analizarla puede ser útil para identificar áreas de mejora. Podemos prestar atención a nuestra cadencia, longitud de zancada y cualquier movimiento innecesario o ineficiente. A partir de ahí, podemos trabajar en mejorar nuestra técnica y aumentar nuestra cadencia.

4. Fortalecimiento y estabilidad muscular: Trabajar en fortalecer los músculos y mejorar la estabilidad también puede ser beneficioso para mejorar nuestra cadencia al correr. Al fortalecer los músculos de la cadera, la pierna y el núcleo, podemos ayudar a prevenir desequilibrios y debilidades que pueden afectar nuestra cadencia.

La cadencia al correr es un aspecto importante a considerar para mejorar el rendimiento deportivo y prevenir lesiones. Si bien no hay una cadencia «ideal» que aplique a todos los corredores, es importante encontrar una cadencia que se ajuste a nuestra fisiología y ajustarla según sea necesario. Mejorar nuestra cadencia puede mejorar nuestra eficiencia al correr y permitirnos correr más rápido con menos esfuerzo. Además, una mayor cadencia reduce la carga en nuestras articulaciones y puede ayudar a prevenir lesiones a largo plazo. Por lo tanto, dedicar tiempo a trabajar en mejorar nuestra cadencia puede ser beneficioso para corredores de todos los niveles.

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